Los ingredientes de esta receta no pueden ser mas sencillos: pollo, nata, miel y mostaza.. Cada uno, eso si, en sus proporciones. ¿Entonces, donde esta el truco? ¿Como es que con tan pocos ingredientes podemos sacar una receta tan rica? Pues el truco, si se le puede llamar así, esta en la paciencia, en la reducción de la salsa y, claro está, en la genial combinación de la miel y la mostaza.
No se exactamente de donde viene esta combinación pero la verdad es que queda genial en un montón de recetas, sobre todo de carnes. La mostaza aporta al plato el toque potente, ácido y, a veces, picante mientras que la miel suaviza todas esas estridencias y aporta el toque dulzón y tan sabroso...
INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:
4 pechugas de pollo
2 cucharadas soperas de miel
2 cucharadas soperas de mostaza de Dijon
1 vaso de vino blanco
300 ml. de nata líquida (crema de leche)
2 dientes de ajo
Aceite de oliva
Sal
PREPARACIÓN PASO A PASO:
- Sella y cocinar las pechugas de pollo: Comenzamos poniendo aceite de oliva cubriendo el fondo de una sartén, ponemos los ajos y cuando comiencen a dorarse, marcamos las pechugas de pollo (habiéndoles puesto sal previamente) para que luego no se escape todo el jugo. Unos 10 minutos por cada lado son suficientes si tapamos la sartén.
- Cómo hacer salsa de miel y mostaza: Una vez hechas las pechugas, nos ponemos con la salsa. Utilizando la misma sartén, ponemos el vino blanco y removemos un poco para soltar todo el jugo que queda un poco pegado de la fritura del pollo. Luego ponemos la miel, la mostaza, un poquito de agua, una pizca de sal y finalmente la nata líquida (crema de leche).
- Cocinar las pechugas con la salsa de miel y mostaza: Ponemos un poco más de agua y removemos. Luego colocamos las pechugas junto a la salsa y le damos fuego alto hasta que comience a hervir.
- Reducir la salsa de miel y mostaza: Cuando comience a hervir, bajamos el fuego y esperamos hasta que reduzca y quede espesita.
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